Rollo Japo: matcha y bao en un rincón acogedor para los amantes de la comida.

Después de un rato muy agradable en el Intercambio de Idiomas en el Cofee Corner, cerca de la parada de metro San Bernardo, las cervezas nos abrieron el apetito y decidimos comer fuera. Como buena pesada que soy, volví a recordarle a Diego que quería ir a Rollo Japo (Calle Avicena,11), un restaurante que habíamos pasado muchas veces y al que tenía entre ceja y ceja desde que me enteré de que servían pan bao (mi reciente obsesión) así que para allá que nos fuimos

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Rollo Japo (cuya segunda «O» es un icono por lo que para mí siempre será «Roll Japo») se encuentra en el paseo que da justo al río. No es un lugar céntrico y básicamente sólo llegan allí los que saben a qué van y algún que otro despistado. El local es amplio y a pesar de que no tiene terraza interior lo que ya sería la gloria, si dispone de una en la parte exterior. En general, y al menos a la luz del día, no produce la sensación de ser un restaurante, sino más bien una cafetería acogedora en la que picar algo a la hora de comer.

El camarero fue super amable con nosotros: nos explicó todo lo que había en la carta y nos dijo los platos que tenían fuera de ella y también cargó con nuestras bromas con una paciencia infinita. Optamos por el tartar de pez mantequilla (para dejar de lado tanto tartar de atún y salmón de los que somos fanáticos), unos rollitos de pato, un Gua Bao de pollo (obviamente) y un surtido de sushi.

Rollo Japo: Tartar de pez mantequilla
Tartar de pez mantequilla

El Tartar vino acompañado de unas tostas básicas como las que puedes encontrar en cualquier supermercado pero que venían muy bien para diluir un poco el sabor del tartar que llevaba tan solo el pescado en sí y el aderezo. La verdad es que tenía un sabor estupendo y es recomendable para cualquier amante de los tartar y especialmente del pez mantequilla (y su sabor tan particular), que como cabe esperar era el protagonista total del plato.

Rollitos de pato

Los rollitos de pato estaban bastante ricos aunque no tenían ningún sabor sorprendente. Se parecían bastante al típico pato pekinés que todos hemos probado alguna vez en algún restaurante chino, solo que en esta ocasión el pato venía acompañado por unas verduras y frito en unos rollitos muy parecidos a los rollitos de primavera de toda la vida. Como digo, nada espectacular pero muy rico y preparado con mimo.

Bao de pollo

El bao de pollo venía acompañado con una salsa y mezcla de verduras y tomate y estaba realmente bueno. Puede que yo no sea muy objetiva pero es muy dificil fastidiar un bao si realmente te gusta el concepto. El pan blando se adapta a todo tipo de rellenos y en este caso no fue una excepción. Lo sirven de forma individual pero teniendo en cuenta que cuesta 2.50e por pieza, uno puede repetir varias veces si lo desea y la verdad es que yo me quedé con ganas de más.

Rollo Japo: Surtido de sushi
Surtido de sushi

Por último el variado de sushi para mí fue una de las cosas más reseñables de la comida. Fueron 10 piezas que compartimos entre los dos. Aparte de los tipicos makis de atún y salmón, cuyo arroz estaba muy bien hecho y el pescado estaba fresco y sabroso, habían tres makis diferentes que se quedaron con nuestro corazón. Compartimos el maki con fresa porque a los dos nos mataba la curiosidad de saber cómo podría quedar aquella mezcla tan raruna y he de decir que sorprendentemente queda muy rico. Obviamente no tiene el sabor del sushi que estamos acostumbrados a comer pero no está mal variar de vez en cuando. Las otras dos piezas también eran diferentes, uno de los makis llevaba foie y el otro un puntito de mermelada por encima y los dos estaban buenísimos a la vez que diferentes.

Rollo Japo: Mousse
Mousse de almendras y chocolate

Ya con el estómago lleno de buen rollo y sushi nos decidimos por el postre: yo un tiramisú de té matcha ( que no podía dejar pasar como buena fanática del matcha que soy) y Diego una mousse de almendras y chocolate. Ámbos fueron una buena guinda para una comida tranquila y rica.

Rollo Japo: Tiramisú matcha
Tiramisú de té matcha

En general la experiencia nos dejó muy satisfechos. El personal es muy amable y el servicio rápido y atento y la comida, sin ser algo espectacular, está más que aceptable y a la vez diferente de lo que solemos comer o cenar normalmente. Toda la comida y las dos Saporo que nos tomamos nos costó 12.5e por persona con lo que el precio también es muy razonable. Rollo Japo es uno de esos sitios en la ciudad que quizá no visitas con frecuencia porque está en un sitio muy específico y también porque la sobrecarga de estímulos gastronómicos en Sevilla es muy grande y siempre te llama a probar cosas nuevas, pero que si se da la ocasión vale la pena visitar para pasar un rato agradable y disfrutar de una buena comida o cena.

Hasta una nueva entrega de comida japo esos makis de foie y mermelada son todo un descubrimiento. Mientras tanto sigo a la caza de sitios en Sevilla en los que sirvan Bao. ¡Pronto más!

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